Las fiestas son una buena oportunidad para comer frutos secos

Los frutos secos tienen un lugar central en las mesas navideñas: nueces, almendras, maní y avellanas son los clásicos que no pueden faltar.

Pero a diferencia de otras comidas típicas de las fiestas, como el lechón, la ensalada rusa y la sidra, los frutos secos son sanos y muy nutritivos. Por eso, debemos aprovechar la época del año para incluirlos en nuestras dietas.

Si los comemos en su forma más pura -sin sal, azúcar o bañados en chocolate- los frutos secos son excelentes fuentes de grasas saludables que ayudan a proteger la salud del corazón.

Además, su combinación de fibra, proteína y carbohidratos hacen que sean meriendas perfectas, especialmente para deportistas que necesitan altas dosis de energía.

También reducen la inflamación del hígado -gracias al zinc-, son buenos para la regeneración del cuero cabelludo, combaten el estreñimiento, y limitan la absorción de colesterol por el aumento de los niveles de grasas “buenas” en la sangre.

Por otro lado, son buenas para quienes están haciendo dieta ya que favorecen la saciedad y nos ayudan a controlar el apetito. Sin embargo, siempre debemos comerlos con moderación, porque son altos en calorías.
 

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